Llevaba ya tiempo viendo por Instagram esta pizza que tiene de particular que su base está hecha a base de pollo. La verdad es que me llamaba la atención que unas pechugas de pollo pudieran servir como base para hacer una pizza deliciosa, así que me decidí a probar a hacerla.
La verdad es que da el pego, el resultado es una pizza deliciosa y muchísimo más ligera que una pizza de las normales. No hay que renunciar al sabor por estar cuidando nuestra alimentación. Yo os recomiendo que probéis a hacerla, resulta muy suave y además podéis ponerle lo que más os guste.
¡¡A ponerse el delantal!!
Ingredientes
– 2 pechugas de pollo
– 2 claras de huevo.
– Un puñado de mozzarella rallada.
– Una cucharadita de ajo en polvo.
– Sal
– Pimienta.
Toppings
– Fiambre de pavo braseado.
– Tomate frito.
– Champiñones
– Mozarella rallada.
– Orégano.
Triturar las pechugas de pollo, se pueden hacer muy picadas, pero yo lo hice en el procesador de alimentos y quedó muy bien. Añadir las claras de huevo, la mozarella rallada, el ajo el polvo, la sal y la pimienta y mezclar todo muy bien.
Precalentar el horno a 180º y colocar en la bandeja de horno que se vaya a utilizar, un papel antiadherente. Una vez que los ingredientes de la base estén mezclados, ponerlos encima de la bandeja del horno y darle la forma deseada. Como veis yo la hice cuadrada pero podéis hacer la pizza redonda o como más os guste. Llevar al horno y hornear durante diez minutos.
Una vez que la base esté hecha, sacarla del horno y colocarle por encima los toppings que hayáis elegido, yo en este caso utilicé tomate frito, pavo braseado, champiñones, orégano y queso. Volver a llevar al horno y hornear durante diez minutos o hasta que el queso esté derretido.
Espero que os haya gustado.
Qué rico! Nunca se me hubiera ocurrido usar el pollo para hacer una base de pizza, pero tiene una pinta deliciosa.